RICARD.

En el día de ayer, sufrimos la prematura pérdida en la familia de mi suegro Ricard…

Morir es una cosa implícita que nos viene ya dada con el milagro de la vida. Somos caducos, sabemos que más tarde o temprano nos tocará, pero morir con 64 años, cuando uno está comenzando a disfrutar de las mieles de la vida, de sus hijos ya mayores y autónomos, de los nietos, de la estabilidad económica adquirida con el duro esfuerzo de muchos años de trabajo y penurias, eso, eso no tiene nombre…

Mi suegro, era una persona afable, no excesivamente hablador, muy introvertido, pero un buen hombre por encima de todo. Cometió fallos a lo largo de su existencia (cómo todos hemos hecho) pero seguramente, la balanza entre los que se podían considerar sus amigos y los que no le apreciaban, se decantaría sin dudarlo entre los primeros…

Yo le conocí en 1995. Nuestros inicios no fueron del todo buenos (en parte culpa mía) pero con el tiempo, creo que me apreciaba tanto cómo yo lo apreciaba a él. Pasamos muy buenos momentos juntos, me divertían mucho sus particulares y personales “tics”, y por encima de todo, disfrutaba cómo un bellaco ganándole a la butifarra (juego de cartas muy típico en Cataluña). 

Con él aprendí, que a lo largo de los años las personas (algunas) cambian, experimentan una especie de metamorfósis (y en su caso fue del todo positiva). Cómo un buen rioja, los años le iban dando cuerpo, madurez y exquisitez, y fue precisamente cuando tuvimos a nuestra hija  Júlia (su única nieta), cuando descubrimos al desconocido y afable ser que llevaba dentro. Mi hija estaba “colada” por su abuelo Ricard, y jamás, jamás olvidaré la cara de tristeza que ha puesto esta mañana al conocer la noticia…

Gemma (su hija, mi pareja) ha recibido el mazazo con una entereza sorprendente, mi cuñado Josep también, y mi suegra Dolors (mi segunda madre) es la que más me ha sorprendido...
Hace casi un año que conocimos su dolencia, nos hemos ido preparando, pero cuando el momento llega, notas que algo desaparece en tu interior.

Ricard, eras un buen hombre, un hombre bueno, y a partir de ahora eres ya tan solo recuerdos, pero quiero que sepas que siempre vivirás para nosotros, estés donde estés…

"Tot són putades..."